El laberinto

Dos niños encontraron un laberinto en un jardín y decidieron entrar para jugar. El primero de ellos, por pura casualidad, sin apenas darse cuenta, encontró enseguida la salida. La segunda se perdió durante horas. Anduvo deambulando por el laberinto sin encontrar la escapatoria durante interminables minutos, teniendo que memorizar cada recoveco del laberinto para intentar no volver a pasar por el mismo lugar de nuevo. Finalmente, acabó encontrando la salida. Fuera le esperaba su amigo, que se burló de ella por haber tardado tanto en salir.
-Búrlate cuanto quieras -le contestó ella-. Si volvemos mañana yo sabré salir enseguida y tú no tendrás tanta suerte.


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